El Instituto de Microelectrónica de Barcelona del CSIC participa en la creación de este nuevo chip, que ha sido bautizado con el nombre DVINO. Incorpora una reestructuración del diseño inicial con mayor concurrencia, así como algunos bloques IP propios. Es la segunda generación de chips de código abierto, los primeros diseñados en España, un proyecto con el Instituto Politécnico Nacional de México, el Barcelona Supercomputing Center, el CSIC, la Universidad de Barcelona y la Universidad Politécnica de Catalunya.